En el siglo pasado, desde el primer uso de hipoclorito de calcio para desinfectar el agua, el cloro ha salvado y sigue salvando millones de vidas en todo el mundo al detener la propagación de infecciones intestinales. Antes del uso de la desinfección del agua con cloro, se estima que 4,5 millones de personas habían estado enfermas de cólera y alrededor de 25 millones de fiebre tifoidea.
La cloración es un método probado de desinfección durante décadas y tiene una serie de ventajas. Aunque el cloro, al igual que otros métodos de desinfección del agua, no libera el agua de bacterias en un 100%, las únicas bacterias resistentes al cloro que quedan después del cloro prácticamente no amenazan la salud, ya que en la mayoría de los casos no son patógenas. Además, otros métodos de desinfección, a diferencia de la cloración, no garantizan que el agua ya tratada no se vuelva a infectar durante su paso por las tuberías.
¿Por qué es perjudicial la cloración del agua?
Pero, desafortunadamente, con todas las ventajas obvias, la cloración es un arma de doble filo. Recientes estudios realizados por científicos revelan la relación entre el uso de agua clorada y un aumento en la incidencia de ciertos tipos de cáncer. Un grave peligro para la salud son los subproductos de la desinfección, que son el resultado de la reacción del cloro con la materia orgánica contenida en el agua. Las sustancias organocloradas resultantes tienen un efecto cancerígeno y mutagénico y pueden entrar en el cuerpo no solo al beber, sino también al respirar durante los procedimientos con agua o al lavarse, así como a través de la piel. El alto contenido de cloro y sus compuestos en el agua puede provocar enfermedades respiratorias, neumonía, gastritis. El agua clorada también es dañina para la piel, provoca sequedad y puede provocar alergias. Aún así, es demasiado pronto para dejar el cloro. Cuando esto se hizo en 1991 en Perú para reducir el número de cánceres, inmediatamente estalló un brote de cólera en el país. Resulta que tiene que elegir entre dos males: si no usa cloración, existe el riesgo de contraer una infección intestinal, y si la usa, existe la posibilidad de ganarse la oncología.
Resolución de problemas: filtros de agua clorada
¿O tal vez no vale la pena elegir entre dos males? Después de todo, necesitamos cloro para la desinfección, y nada más. Al mismo tiempo, no es necesario beberlo, inhalarlo y lavarlo con agua clorada. Por eso necesitamos filtros de agua sin cloro. Al utilizar la cloración, es necesario controlar individualmente el postratamiento del agua, tanto potable como de baño, del cloro residual, así como de sus compuestos. Solo en tal combinación puede uno garantizarse la protección tanto de los microbios como de los productos cancerígenos y tóxicos de la interacción del cloro con otras sustancias. El cloro sigue siendo una parte importante de la ecuación para obtener agua segura. Solo que ahora necesita ‘agregarle’ un buen filtro de agua.